Esta dificultad de apertura puede hacer que en algunos casos se empleen elementos como los cuchillos, que pueden llegar a producir accidentes domésticos (se han encontrado referencias que citan que el 20% de los accidentes asociados a los envases se deben a la dificultad de apertura de estos). Así según la publicación del Department of Trade and Industry del Reino Unido en su informe “Assessment of problem related to package size”, los principales factores relacionados con la facilidad de apertura de un envase son los siguientes:

La facilidad de apertura aumenta con el diámetro del envase y la rugosidad de su superficie de agarre (este estudio se realizó hasta un diámetro de envase de 120 mm). Los hombres pueden ejercer un 30% más de fuerza que las mujeres. La fuerza de apertura que se puede ejercer decrece con la edad (una persona de 70 años tiene entre un 50-70% de la fuerza de apertura de una persona de 20 años). Las personas con artritis tienen únicamente entre un 30-40% de la fuerza de apertura de una persona de su condición. La fuerza de torsión que puede ejercer un niño de 4 años es aproximadamente de 1 Nm ó menos (este dato puede tomarse valor de seguridad en cierres)

En esta línea de trabajo Gisela Ruth Kozak y Fumio Terauchi realizaron un estudio en donde se evaluaron 14 tipos distintos de cierres representativos existentes en el mercado. Este estudio fue realizado por un conjunto representativo de 155 consumidores. El resultado fue que los consumidores consideraban las formas de apertura entre muy difícil y más ó menos difícil.

De esta forma se puede concluir que la fuerza que puede realizar una persona depende de factores como son la edad, sexo, condición física y factores directamente atribuibles al diseño como son el tipo de material (superficie de agarre), y el tamaño-forma de la superficie donde realizar el agarre.