Mediante el estudio se querían determinar formas para prevenir la contaminación en los alimentos, eliminando los patógenos antes de que contaminaran el producto, trabajando con irradiación, un proceso no térmico, y combinándolo con un material plástico de envasado, recubierto con un material antimicrobiano.

Introduciendo la lechuga en bolsas de este material, y aplicando la irradiación, se comprobó una gran reducción en el número de patógenos, y además, el color y la textura del alimento no se vieron afectados por la radiación. Gracias a este tipo de envasado, la cantidad de irradiación necesaria fue menor.