El nuevo SuperLock permite una vida útil de hasta más de 24 meses. Esto se debe a la baja transmisión del oxígeno gracias a la barrera. En los envases SuperLock, productos como los pepinos, col lombarda o remolacha pueden tener una vida útil dos y hasta tres meses más duradera que con otro envase.

Este nuevo envase para alimentos tiene todas las ventajas del plástico, mientras que le ofrece al consumidor final un aspecto visual y una apariencia como el cristal.

SuperLock se sella mediante una membrana y tiene un tapón twist-off que posibilita que el envase se pueda recerrar y reutilizar. La combinación de la barrera al oxígeno, y la membrana de sellado, asegura una transmisión de oxígeno casi inexistente.